Uno de mis máximos ideales es llegar a realizar terapias caminando entre las montañas o a orillas de mar…creo que ya hay algunas personas en el mundo que lo realizan pero se anuncia como algo muy innovador, es decir, poco habitual. En Estados Unidos, la APA (American Psychology Association) lo ha denominado el “walk and talk” y ya hay algunos estudios que han escrito los numerosos beneficios que contiene.
Camino de Ronda - Roses |
Yo les aconsejaría
a todas las personas andar como parte
del proceso de curar, y los kilómetros los recetaría en función de la problemática. Más
grave se sienta la dificultad a resolver, mas kilómetros a recorrer a diario.
Os explico cómo funciona en mi caso. Cada vez que inicio un nuevo proyecto mi mente aun me sabotea haciéndome creer que físicamente no podré hacerlo. Entonces me receto una caminata larga, de unas tres o cuatro horas, por un paisaje que me imponga, que me haga ver que todo lo que pienso es pequeño frente a la inmensidad del paisaje. Una vez culmino la caminata, me respondo a mí misma…qué gran resistencia física has tenido! Y así le contraataco a mi saboteador interno. Algunas veces funciona, otras no tanto pero lo que sí es verdad es que siempre que termino de andar me siento mucho mejor con todo mí ser. Es decir, cuerpo, alma y espíritu, por añadir la parte trascendental que también se incluye.
Así que
este post es una entusiasta invitación a buscar caminos, a perderse a ellos con
el ánimo de andarlos, en ningún momento de llegar y a aprender a respirar,
observar y meditar los obstáculos, problemas o dificultades caminando, ya que
con algo de buena terapia igual los dejamos en el camino.